viernes, 19 de noviembre de 2010

Más "Camino de Santiago"

Bueno después de unos cuantos días creo que ya es hora de contaros como siguieron nuestras vacaciones.


Después de probar la experiencia de dormir en un albergue, cosa que espero no tener que repetir, y de tomar el primer café de la mañana salimos de Sarria sobre las 8:00. En esta nueva etapa recorrimos unos 22 km y como destino Portomarin. La mañana se presentaba bastante fresca y esperando los primeros rayos de sol salimos del pueblo para adentrarnos es el bosque, en el primer tramo del camino nos encontramos con una pendiente muy empinada a la que le seguía una cuesta bastante pronunciada donde empezamos a tener los primeros problemas derivados de nuestra pésima forma física.















Seguimos caminando disfrutando del paisaje y los bonitos sitios que vas encontrando por el camino, algunas paradas para reponer fuerzas y compramos un palo de andar para poder continuar la peregrinación.

Ya con pocas fuerzas nos enfrentamos a el ultimo tramo del camino, una bajada de más de 3 km, así que la rodilla de Raya termino de resentirse y se nos hizo un poco duro llegar a Portomarin.



Hay unas bonitas vistas del pantano nada más entrar al pueblo y estas impresionantes escaleras.











Después de alojarnos en el primer sitio que vimos y de comer algo decidimos ir al centro de salud para mirar la rodilla de Raya. Para nuestra sorpresa estaba cerrado y el Ambulatorio más cercano a 20 km. Después de pensarlo durante creo que 2 seg. decidimos ir en taxi hasta Triacastela y recoger el coche para a la mañana siguiente poder ir al medico.






En el taxi, la chica que nos llevo, nos comento que en la época de Franco construyeron el pantano y antes de inundarlo trasladaron la iglesia piedra a piedra hasta su nueva ubicación, todavía se puede ver en algunas piedras los números con los que las marcaron para volver a colocarlas correctamente.


A la mañana siguiente con mucho frió y poco animo nos fuimos al medico. El pequeño problema era una "tendinitis", con una rodillera y analgésicos podíamos seguir el camino pero como las vacaciones son para disfrutar y la rodilla le iba a seguir molestando decidimos cambiar de planes.


Unas 10 horas más tarde estábamos en Huesca donde pasamos unos tranquilos días con un pequeño "pillo perrete" y sus papas.


Si todo va bien el año que viene pensamos volver, después de haber entrenado, para poder hacer el "Camino de Santiago".

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