viernes, 28 de marzo de 2008

Las leyendas del Café


Hace muy pocos días hablamos de los orígenes del Café (podéis leer El Café I), ahora contaremos algunas leyendas que son la otra versión de los orígenes del café.

La primera leyenda de esta corta lista, conocida por musulmanes y cristianos, habla de que en una ocasión en que el Profeta estaba enfermo, al ángel Gabriel le devolvió la salud y la fuerza viril, ofreciéndole una bebida negra como la piedra negra de la Kaaba, en la Meca.

Otra de las leyendas que viene de 1.140, hace referencia a un pastor de cabras abisinio llamado Kaldi. La leyenda dice que Kaldi se dio cuenta del extraño comportamiento de sus cabras, después de que habían comido las frutas y hojas de cierto arbusto. Las cabras estaban saltando alrededor muy excitadas y llenas de energía. El arbusto del que Kaldi pensó que habian comido tenia frutos parecidos a las cerezas. Entonces Kaldi decidió probar las hojas y un rato después se sintió lleno de energía.
Kaldi llevó algunos frutos y ramas de ese arbusto al convento de Kaffa. Allí le contó al Abad la historia de sus cabras y de como se había sentido después de comer las hojas. El sacerdote decidió cocinar las hojas y las bayas , el resultado fue una bebida muy amarga que él tiró de inmediato al fuego. Cuando las bayas cayeron a las brasas empezaron a hervir, las arvejas verdes que tenían en su interior produjeron un delicioso aroma que hicieron que el sacerdote pensara en hacer una bebida basada en el café tostado.
Habían descubierto el café, la bebida social reconfortante más popular del mundo.



Otra leyenda nos cuenta como se encontraron las miradas de Alí y Jazmín y brotó de inmediato un profundo y tierno amor. El romance duro solo hasta que el malvado rey, Negus Neguesti, se enteró que el plebeyo Alí, un curandero flaco y desgarbado, pretendía a su tesorito. El Rey ordenó atrapar al osado y deportarlo al bosque más lejano que encontraran sus tropas.
El pobre Alí comprendió que sólo consiguiendo un regalo diferente y magnifico, tendría alguna oportunidad de recuperar a su amada Jazmín. Cuenta la leyenda que trabajó durante tres años, día y noche, sin descansar, buscando tan ansiada ofrenda. Para no quedarse dormido , comenzó a tomar una infusión que había descubierto casualmente cuando unas bayas de un arbusto cercano cayeron en el agua donde hervían sus alimentos.
Cuando Alí estaba a punto de desfallecer, sin haber encontrado el talismán, y tomado el ultimo trago de su amargo café, se dió cuenta de que desde hacia meses tenia delante de sus ojos el regalo que buscaba, lo había tostado y disfrutado de su negra y olorosa infusión.
Alí llevó su regalo al sultán Negus Neguesti y este quedó tan satisfecho con el presente que le recompensó otorgándole la mano de su amada Jazmín.

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